Titulo: Beso
-O vamos Atem. Sólo será…
-Si mencionas esa palabra te mato… y sabes que yo nunca amenazo en vano.
Un rubio comenzó a sudar. Un tricolor a enojarse. Unas cuantas risillas por debajo y carcajadas se notaban en el ambiente. ¿La razón? Bueno, a juzgar por que había una botella de ron vacía en el centro, cajas llenas de cerveza, botana y revistas pornográficas, era claro que se llevaba acabo una reunión. Cuatro miradas se centraban en el chico punk. Miradas llenas de risa y lascividad.
-Por última vez… ¡No voy a besar a Anzu!- Trató de decir calmadamente, sin embargo su exasperación pudo más con él.
-Vamos viejo, pediste elegiste reto sobre verdad. Ahora tienes que cumplir con el reto que te dije.- Dijo Joey. Conocía bien a su amigo, la quería… pero no estaba seguro aún que ella le correspondería. ¡Pobre ingenuo! Si tan sólo supiera que ella está igual que él.
-Vamos Atem, es un beso en la boca. Ya corre por tu cuenta si son más.- Exclamó un muchacho de cabello castaño, mirando con una sonrisa llena de maldad pura.
-¿Y si me niego ha hacerlo?- Atem retó a los presentes. No estaba dispuesto a entregar el corazón en bandeja de plata como en antaño. Primero debería de ser como el se imaginó. Como a la antigua.
-Bueno, la escuela se enterará que a tus quince años aún dormías con una vaca llamada ‘Hami’.- Dijo entre sorbo y sorbo de cerveza el rubio. Estaba dispuesto a todo por que su amigo se declarará en ese instante.
-¡Eso fue hace cuatro años! Además no te atreverías.
-O claro que si. Y tu sabes que yo tampoco amenazó en vano.
Con el entrecejo doblado, una mirada llena de sadismo hacia sus amigos y el corazón desbocado salió de la habitación para dirigirse al de las chicas.
…
-Esperen, creo haber escuchado que alguien tocó la puerta.- Dijo tranquilamente una chica de cabello lila llamada Miho.
-Yo voy. Ustedes mientras piensen en el reto que tengo que cumplir.- Se levantó rápidamente Anzu. Su pijama que constaba de un short azul por debajo del glúteo y una camisa de tirantes blanca no dejaba mucho a la imaginación. El golpetéo constante de la puerta comenzó ha hartarla un poco ¿Acasó esa persona no puede esperarse un poco?- ¡Con un demonio! ¿Acaso no puede…?
-Esperarme. No creo que ahora me caracterice por mi tranquilidad.- Rió un poco ante su comentario estúpido.
-Atem yo lo siento… no creí que fueras tú.- Un sonrojo evidente se formo en sus mejillas dándoles un tierno color carmín. Le sudaban las manos y eso no podía traer nada bueno.
-Escucha, yo…- Su nerviosismo empezaba a notarse mucho. Sus manos tras sus bolsillos sudaban frío y ya no estaba tan seguro de lo que hacía.- Lo lamento.
-¿Heee?- Su desconcierto pudo más sobre su rubor.- ¿Pero de que te disculpas si no haz hecho nada malo?
-No es sobre algo que hice. Si no, por algo que tengo y quiero hacer.
Con una sonrisa natural, cojió a Anzu de la muñeca y de un jalón la acerco a milímetros de su cara. Sus labios temblaban por juntarse. La leve presión y roce producía que latieran de dolor. Y sin esperarse más, la besó. No fue uno apasionado o calenturiento. Era uno sencillo y lento; sus labios se degustaban tranquilamente. Simplemente perfecto.
-Al fin lo hizo.- Fue la exclamación de alivio por parte del grupo varonil que observaba la escena a una distancia prudente; solo para prevenir su integridad física.
-¡Mierda! ¡No es justo! Era el reto que le íbamos a poner y antes de decirle ya lo logró.- Ahora era una chica de cabello rubio quién se quejaba por no pensar a tiempo.
-Si mencionas esa palabra te mato… y sabes que yo nunca amenazo en vano.
Un rubio comenzó a sudar. Un tricolor a enojarse. Unas cuantas risillas por debajo y carcajadas se notaban en el ambiente. ¿La razón? Bueno, a juzgar por que había una botella de ron vacía en el centro, cajas llenas de cerveza, botana y revistas pornográficas, era claro que se llevaba acabo una reunión. Cuatro miradas se centraban en el chico punk. Miradas llenas de risa y lascividad.
-Por última vez… ¡No voy a besar a Anzu!- Trató de decir calmadamente, sin embargo su exasperación pudo más con él.
-Vamos viejo, pediste elegiste reto sobre verdad. Ahora tienes que cumplir con el reto que te dije.- Dijo Joey. Conocía bien a su amigo, la quería… pero no estaba seguro aún que ella le correspondería. ¡Pobre ingenuo! Si tan sólo supiera que ella está igual que él.
-Vamos Atem, es un beso en la boca. Ya corre por tu cuenta si son más.- Exclamó un muchacho de cabello castaño, mirando con una sonrisa llena de maldad pura.
-¿Y si me niego ha hacerlo?- Atem retó a los presentes. No estaba dispuesto a entregar el corazón en bandeja de plata como en antaño. Primero debería de ser como el se imaginó. Como a la antigua.
-Bueno, la escuela se enterará que a tus quince años aún dormías con una vaca llamada ‘Hami’.- Dijo entre sorbo y sorbo de cerveza el rubio. Estaba dispuesto a todo por que su amigo se declarará en ese instante.
-¡Eso fue hace cuatro años! Además no te atreverías.
-O claro que si. Y tu sabes que yo tampoco amenazó en vano.
Con el entrecejo doblado, una mirada llena de sadismo hacia sus amigos y el corazón desbocado salió de la habitación para dirigirse al de las chicas.
…
-Esperen, creo haber escuchado que alguien tocó la puerta.- Dijo tranquilamente una chica de cabello lila llamada Miho.
-Yo voy. Ustedes mientras piensen en el reto que tengo que cumplir.- Se levantó rápidamente Anzu. Su pijama que constaba de un short azul por debajo del glúteo y una camisa de tirantes blanca no dejaba mucho a la imaginación. El golpetéo constante de la puerta comenzó ha hartarla un poco ¿Acasó esa persona no puede esperarse un poco?- ¡Con un demonio! ¿Acaso no puede…?
-Esperarme. No creo que ahora me caracterice por mi tranquilidad.- Rió un poco ante su comentario estúpido.
-Atem yo lo siento… no creí que fueras tú.- Un sonrojo evidente se formo en sus mejillas dándoles un tierno color carmín. Le sudaban las manos y eso no podía traer nada bueno.
-Escucha, yo…- Su nerviosismo empezaba a notarse mucho. Sus manos tras sus bolsillos sudaban frío y ya no estaba tan seguro de lo que hacía.- Lo lamento.
-¿Heee?- Su desconcierto pudo más sobre su rubor.- ¿Pero de que te disculpas si no haz hecho nada malo?
-No es sobre algo que hice. Si no, por algo que tengo y quiero hacer.
Con una sonrisa natural, cojió a Anzu de la muñeca y de un jalón la acerco a milímetros de su cara. Sus labios temblaban por juntarse. La leve presión y roce producía que latieran de dolor. Y sin esperarse más, la besó. No fue uno apasionado o calenturiento. Era uno sencillo y lento; sus labios se degustaban tranquilamente. Simplemente perfecto.
-Al fin lo hizo.- Fue la exclamación de alivio por parte del grupo varonil que observaba la escena a una distancia prudente; solo para prevenir su integridad física.
-¡Mierda! ¡No es justo! Era el reto que le íbamos a poner y antes de decirle ya lo logró.- Ahora era una chica de cabello rubio quién se quejaba por no pensar a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario