Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora: $ђîžД W† 43
Fecha: 15/06/2009
Atem entró a su habitación, no sin antes mirar dos veces hacia cada lado para asegurarse de que Seto no estuviera ahí como la noche anterior, y se sentó en su cama, pensando en lo que haría enseguida para hacerles creer a los demás que nunca había salido; primero tenía que darse un baño, pues sino verían el polvo y los pequeños raspones-resultado de la caída-que se posaban en su cuerpo. Se retiró la capa, la dobló con cuidado, y la colocó debajo de la cama. Después de levantado, se quedó suspenso en el centro de la habitación, preguntándose porqué había hecho eso.
-¿Qué haces?
Tuvo un sobresalto de inmediato, y se volteó hacia la entrada como reacción.
-M-Mana, ejem, ¿por qué estás aquí?
La joven lanzó una risita divertida y se recargó en la pared.
-Yo te hice una pregunta primero-canturreó, ladeando la cabeza.
-Y yo la hice después, pero aún así debes responderme antes.
-Hehe, no utilices las ventajas de Príncipe para desviar el tema. ¿Qué has hecho ahora? Es más, ¿a dónde has ido?-añadió ella, mirando de pies a cabeza al muchacho.
-A ningún lado, simplemente me he tropezado en los jardines del patio.
-Sí, claro, ¿en qué pensabas en todo caso?
-No lo sé, me alejé de la realidad por unos instantes.
-Bueno, entonces supongo que veré alguno que otro arreglo de tu madre aplastado, ya que caíste por ahí, ¿no?
Atem cerró un ojo en forma de fingida indignación, e hizo sus hombros hacia atrás, restándole importancia.
-¿No confías en mí?-pronunció, de la manera más solemne que pudo.
Su amiga mostró una dulce sonrisa y se acercó más a él, para después sentarse en el tálamo.
-De hecho no, por eso no me he ido. Vamos, vamos, dime a dónde fuiste, no le diré a nadie si es lo que te preocupa. Ni siquiera deberías pensar en ello, sabes que nunca revelaría un secreto tuyo.
El tricolor lanzó un suspiro contenido, y se llevó la mano a la nuca.
-Lo sé, Mana, sólo es por precaución. Puede que Seto esté escondido en este preciso momento, escuchándonos.
-No lo creo, Atem, él no es un fisgón. Se preocupa por ti, pero tampoco lo tienes pegado como lapa.
-Te sorprenderías.
Mana puso los ojos en blanco. Se acomodó en la cama, doblando sus piernas, y miró a Atem, como si estuviera preparada para escuchar.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿¡A dónde has ido!?-reclamó la otra.
-De acuerdo, calma, perdona mi distracción.
-Parece ser que algo te sucedió, pues tu sentido de razón se retrasó-. El muchacho frunció el ceño, indicándole a Mana que ese "comentario" no le había agradado-. Haha, está bien, siento haberte hecho ver la dura realidad.
-Haré como que no escuché nada. Mira, ahorita no puedo contarte nada porque tengo que arreglarme. Si mi padre, mi abuelo o Seto me ve...
-Claro, no puedes dejar que vean esa sangre en tu rodilla.
-¿Qué?-Atem, asustado, vio su rodilla de inmediato, pero dejó la cabeza gacha al darse cuenta que había caído en otro jueguito de Mana, y no era la primera vez.- ¿Cuándo aprenderás?
-En verdad no lo sé. De todas formas pienso que te aprovechas de mi angustia-declaró él, mirándola de reojo.
La ojiazul rió una vez más y se levantó del tálamo con un salto.
-Y no se aceptan reclamos, de lo contrario, tendría que revelar ciertas cosas-murmuró con fingida malicia, al tiempo que se acercaba al umbral de la puerta. En poco, fue detenida por el llamado de Atem-Dime.
-Mmmm, alguien...entró conmigo, una chica de tu edad. ¿Sabes de casualidad si ha encontrado a su prima? Dijo que venía a verla.
-Ehh no, ¿cómo era ella?
-Ahm...-Atem se sonrojó al recordar el momento que había aplastado a aquella desconocida, y que la había callado más de una vez.
-Heeey, ¿por qué esa cara?-interrogó Mana, percatándose de la tensión del mencionado.
-No, no, no me malinterpretes por favor. Es sólo que tuve un accidente con ella, aunque creo que no la lastimé.
-¿Y quieres saber si vio a su prima o quieres verla...?-volvió a preguntar la otra, esta vez pícaramente.
El tricolor sacudió su cabeza en una negativa y miró a su amiga, meditativo.
-Quiero saber si logró encontrar a su prima. No me gustaría que descubrieran que ella no es de aquí, sino sabes que podrían hacerle algo.
-Pues quizá pasé a su lado y pueda decirte hacia dónde se fue.
-Era delgada, llevaba unas vestiduras blancas...-murmuró, alzando los ojos, y haciendo memoria de la imagen de aquella chica-Castaña, con ojos azules-añadió esto último casi en un tono de pregunta, buscando en la mirada de Mana si la había visto. Al descifrarla, le pareció encontrar un "sí" de reconocimiento-. Mana, ¿la has visto por los corredizos?
La joven negó frenéticamente ante la cuestión, y volteó hacia otro lado, evitando la mirada del muchacho, sino iba a darse cuenta de su pequeña mentira.
-N-no, no, pero te avisaré si sucede, ¿está bien? Ahora tengo que irme-. Y salió despedida de la habitación, sin añadir nada más.
Atem ladeó la cabeza con extrañeza. pero transcurridos unos minutos, salió de su trance con un respingo, recordando que tenía que apresurarse.
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