martes, 14 de septiembre de 2010

Actividad de Dibujos.

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Concurso De One-Shots - 4to

4to One-Shot
Titulo:
Anhelando Una Estrella
Autora: Cho Dulché
Fecha: 28/12/2009


Anhelando una estrella


-Tu iras a la fiesta de fin de año que tiene planeado hacer Kaiba?-

-Claro que si… dicen que será la mejor fiesta de todas ya que…-

Escucho parlotear a dos jovencitas junto a mi…comentarios como estos y hasta mas he escuchado en toda la mañana en el parque que esta por mi casa… y la verdad no le encuentro el caso… de esa “susodicha” fiesta han estado hablando desde antes de salir de la escuela para vacaciones, y como no, ya que Kaiba es el hijo de unos corporativos en tecnología mas grandes del mundo… aunque he de admitir que la fiesta de navidad fue una de las mas… perfectas que he tenido en mi vida…

=Flas Back=

Había un montón de gente en uno de los restaurants mas finos de la Ciudad, solo que esta era de disfraces navideños, ya saben, personas vestidas de Santa Clouse, de reno, de bolsa de regalo, de un regalo, de árbol de Navidad, esperen… una hombre vestido de mama Clouse?, bueno eso no importa… yo iba con un traje de Santa, pero no gordo, solo el traje…

-En que tanto piensas Atem?...- Me inquirió un joven vestido al puro estilo Joey con un traje esferita de navidad.

-Pues… ya sabes que yo divago en mi mundo de fantasía…-Le conteste siendo irónico mientras posaba mis ojos en algo… o mas bien en alguien.

-Jaja!… que irónico eres mi querido Atem… así Anzu jamás te hará caso con la pinta de amargado que cargas.-Me regaño mientras volteaba a ver a Anzu con una sonrisa amistosa y la saludaba.

-Ya no se que mas hacer Joey… simplemente me congelo cuando se trata de ella… tengo miedo Joey…-Gruñí por lo bajo en un gesto de impotencia mezclado con furia… y algo de temor.

-mejor vamos afuera a platicar… con tu cara das lastima sabes…-

Salimos, hacia un raro pero cálido frio que calaba a mis huesos, y que momentáneamente, me hacían olvidarme de ella.

-Ahora si… de que tiene miedo el gran Atem Mouto?...-

-Al rechazo Joey… miedo a que ella me diga un “Lo siento Atem… no siento nada por ti”-conteste con algo de preocupación y coraje en mis palabras.

-Pues yo digo que se ve a leguas que esta enamorada de ti…se le nota a leguas, no pierdes nada con intentarlo… y sabes… deberías tenerle miedo a otra cosa…- simplifico en un gesto de evidente complicidad.

-A… que l-le tendría mas miedo que eso Joey?...- No pudiendo evitar tartamudear, le pregunto zarandeándolo un poco para que me vea.

-A que alguien llegue y la arrebate por completo de ti…-Me dice mirándome directamente a los ojos… se que lo que eso significa… el sabe algo que yo no.
-Mejor voy adentro… me debe de estar esperando Mai con el ponche desde hace 5 minutos… esa mujer es algo loca sabes?...- Contesto a mi silencio mientras se fue alejando de ahí a grandes zancadas.- Ah!... y ten cuidado con Takeshii Mikuro… anda tras los huesitos de tu Julieta.

Y así me quede solo… además necesitaba estarlo, cuando observo por el gran balcón, casi al norte, una estrella brillante… tanto que me recuerda a Anzu, de sus sueños por convertirse en “Una gran estrella del Baile”, sin saber que ella, para mi, es la mas brillante estrella…

-Hola Atem!... no te vi llegar… por que estas aqui tan solito?...- Pregunto la dueña de mis grandes desvelos, se mis sueños anhelantes del dia… Anzu Mazaki. Vestida con un traje de ayudante de santa Clouse, minifalda a la mitad de los muslos, su típico gorrito que le alcanza a tapar parte de sus ya de por si corta melena, y con un poco de rubor rosa en los labios, la hacen verse divina.

-Nada en realidad… a veces necesito ver las estrellas que me recuerdan a mi madre… a diferencia de Yugi, yo si la llegue a conocer… aunque sea un poco-Exclamo entre suspiros con una cara nostálgica.

-Sabes… mama me dijo que, viendo la estrella mas hermosa y brillante de la noche… pidiendo con el corazón lo que uno sueña… se vuelve realidad…-Dijo mientras se situaba junto a mi.

-Y supongo que tu deseas convertirte en la estrella que tu dices no?-

-Te equivocas… tengo una prioridad más grande ahora… Atem… siempre quise ser bailarina… pero, ahora, hay algo que deseo mas que nada en el mundo…- Dijo mientras tocaba con ambas manos sus corazón en un símbolo de nostalgia.

=Fin Flash Back=

Desde ese día… me he preguntado, que es con lo que Anzu desea con tanto añoro… que pasara por esa cabecita linda… también, le he pedido a la estrella mas brillante de todas las noches desde ese día… el que me de fuerzas para poder abrir mi corazón delante de ella…
Cuando llego a casa, después de calmarme un poco y leer un libro cuyo final, aunque suene cursi en mi decirlo… es de esos “Y vivieron felices para siempre… Fin”… algo que deseaba cada noche. Subí hasta mi habitación, donde pude ver a mi hermano, dos años menor que yo, hablando por su celular… sonaba hasta un poco cursi cuando decía “Yo también te quiero Rebe”, lo ignore por completo, mientras le daba una sonrisa ya que en el día no nos habíamos visto. Directo a la regadera, deje que el agua surcara sin pudor mi cuerpo… relajándome en el proceso… hasta el momento de auto convencerme que ese seria el día… el día que abriría mi corazón.
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-Atem… Yugi… no quiero legar tarde a la fiesta solo por que ustedes no se apresuran…- Grito el abuelo mientras ponía cara de malhumorado.
-Ya vamos…- grito mi hermano mientras se ponía su chamarra de cuero, un tanto parecida a la mía.- Listo Atem… que aras hoy?- Me inquirió alzando una ceja.
-Abriré mi corazón de la manera mas pura. Y le pediré una oportunidad.- Me autonvenci… ese era yo?
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Llegamos al salón… distinguí a lo lejos a Joey junto con Tristan, Mai y Sere… mas allá a un callado, pero con una gran sonrisa a Mahad con Mana, esa chiquilla loca pero divertida que grito a los cuatro vientos cuando el le pidió ser su novia… mas allá a un Kaiba con su hermano Mokuba… y corriendo hacia nosotros una loquita, pero linda Rebequita que solo basto ver a mi hermano para olvidarse por completo de su abuelo. Mi abuelo se reunió con el Dr. Hopkins mientras le ponían “piquete” (1) al ponche.
Lo que mas me aparto a mi mundo irreal, donde solo existía yo y Anzu, fue ella, que con un abrigo rosa que hacia juego con sus zapatos, su bufanda color morado, a juego con su falda, y un tono carmín en sus mejillas la hacían verse hermoso. Pero lo que arruino mi vista fue al patético de Takeshii riendo con ella, en un “intimo” encuentro entre amigos o algo mas… de lo frustrado que estaba, decidí al que, hace unos días, fue cómplice de mi confesión con Anzu, el balcón.
Suspire resignado… creo que jamás podría abrir mi corazón.

-Hola Atem… que haces aquí…- La misma maldita pregunta de hace unos días… la que desato en mi una dura batalla.

-Pensando…-Solo eso?... no pude haber dicho algo mas?... con un tono frio y ruin, que ella noto retrocediendo un paso.

-Oh!... Si quieres estar solo comprenderé…- Dijo en tono melancólico, que me hizo tomar una decisión.

-Por que?...-susurre sin rodeos.

-Por que… que?- Pregunto algo confundida… y no es para menos…

-Por que te amo tanto…-
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-No recuerdo como llegamos hasta aquí… ella recostada en mi torso, mientras solo una delicada sabana nos protegía del aire frio de invierno que se colaba por las ventanas. Pero, en el instante que escuche el “te amo” de parte de ella… me hizo el hombre mas feliz que el mundo conoció, y conocerá… por que, la delicada criatura que se encuentra recostada sobre mi… es mi estrella… una estrella que no permitiré se apague nunca… y que solo yo podre ver su luz… se que suena egoísta… pero no puedo compartir la luz que hoy me brindo... con escucharla decir mi nombre mientras nos fundiamos en uno... me hacian sentir... invencible.
Después de todo… no hace mal anhelar a una estrella…

Concurso De One-Shots - 3ero

3er One-Shot.
Titulo: Mi Primera Navidad Contigo.
Autora: Sherezada
Fecha: 18/12/2009

Mi primera navidad contigo…

-Oye… Despierta Bella Durmiente…-escuché de repente en mi oído. Reconocí de inmediato esa voz. Sólo una persona sobre la faz de la Tierra podía llamarme así, y no salir herido…
-Cinco minutos más Atem…-logré articular ocultando mi rostro contra la almohada.
-M…-conocía ese sonido…

Cuando me di cuenta, todo mi cuerpo estaba al descubierto, porque alguien me había arrebatado mi acolchado. Despegué mi cara de mi almohada para ver a mi querido Faraón a los pies de mi cama, sosteniendo mis sábanas y frazadas, victorioso de haberme despertado. Quise enfrentarlo con la mirada, pero no pude… siempre pierdo cuando intento algo como eso… Simplemente no es justo.
Sin previo aviso dejó las sábanas y frazadas a los pies de la cama, y me dijo que me cambiara, que el desayuno estaba listo. Típico, desde que vivimos juntos, siempre es la misma historia… Él me despierta con el desayuno preparado, y demás. No es que me quejase de ello, es sólo que sus estúpidas costumbres como Faraón incluían levantarse bien temprano, motivo por el cual nunca pude sorprenderlo yo…
“Bueno, este año será diferente.”-pensé. Ya tenía todo mi “maquiavélico” plan armado, sólo necesitaba distraerle con algo para que no notara nada… El problema era qué…

Bajé bostezando explícitamente para demostrarle que necesitaba un poco más de sueño, y que, como era ya costumbre, estaba molesta que me hubiese despertado de esa manera. Otras veces al menos me despertaba con un beso o algo, un día, no tengo idea de cómo hizo para que no me diese cuenta, me llevó en brazos hasta la sala, y desperté recostada en su pecho. Bueno, no recuerdo haberme quejado por ello…

-Ya me perdonarás… algún día…-dijo apoyándose contra la mesa. –Oye, ¿no crees que va siendo hora de terminarlo?-inquirió mirando hacia un rincón, donde descansaba mi triste intento de un árbol de navidad.
-Tal vez.-acoté pícaramente pasando a su lado sin saludarlo. La verdad es que no tenía idea si ese desdichado árbol de plástico resistiría esa navidad también, porque recuerdo haber tenido tres años cuando llegó a casa. –Pero que te quede claro, no pienso hacerlo sola.-con mi estado de ánimo mataría lo que quedaba del pobre abuelito.

Me senté y comencé a comer mi desayuno rápidamente, ya que, sin notarlo, me moría de hambre. En fin. No pude dar cinco bocados que dos fuertes brazos, proporcionados por cierto novio mío, llegaron desde atrás y me tomaron de la cintura, al mismo tiempo que Atem bajaba su cabeza con intención de besar mi nuca… y matarme por atragantamiento con el huevo frito que acababa de engullir, y que quedó atravesado en mi garganta momentáneamente…

-¿Vas a decirme qué planeas?-musitó cerca de mi oído.
-Tendrás que ser más persuasivo…-dije tomando mi plato y poniéndome de pie rápido. No quería que me viera sonrojada.

Él me arrebató el objeto de las manos, lo puso sobre la mesa, y me tomó de la cintura y la espalda en busca del punto donde termina mi mandíbula y comienza mi garganta. ¡¡Rayos!! ¿¡Para qué lo incité!?

-¿Tea? ¿Qué tanto tramas?-no… no ese tono de voz de amante sobre-protector suyo. –Si me dices te prometo que me hago el sorprendido.-susurró para finalmente plantar el beso.
-¿Si te mantengo con la intriga consigo más besos a cambio?-pregunté para desviarle. Sentí que intentaba disimular su risa por el comentario.
-Te diría que no, pero estaría mintiendo. Son mi mejor arma de persuasión contigo…-me dijo, ahora mirándome de frente.
-Pues te está fallando…-respondí. –Ya, vamos a terminar el árbol. No quiero que mi pobre pino de plástico reciba las fiestas, desnudo.-

Miró al árbol.

-¿Tú, honestamente, crees que resista hasta año nuevo?-preguntó incrédulo. –M… Creo que mi regalo para ti será un nuevo árbol desmontable…-dijo con su sonrisita maliciosa.
-Oye, no lo insultes. Si ha sobrevivido hasta ahora, no veo porqué tendría que morírseme ante el más mínimo toque de mi parte.-me hice la ofendida.

Me soltó de su abrazo para permitirme caminar, y nos dirigimos a donde se hallaba mi querido arbolito. Nos sentamos en el suelo mientras abríamos las cajas con los adornos que faltaban, y yo intentaba no electrocutarme con los cables de las luces, o pincharme con las puntas de la estrella. El único de defecto de la sensación de cercanía con Atem, era que me producía un efecto de torpeza.
Decorar el árbol nos llevó toda la tarde, hasta que finalmente estuve libre para telefonear a Yugi (quince minutos, la duración de las duchas de Atem), y pedirle ayuda. Sin duda iba a aceptar. Era la primera vez que celebraríamos la Navidad de forma íntima, es decir, sin los chistes de Joey, o los comentarios molestos de Tristán… Joey iba a pasar las fiestas con Serenity, Tristán fue reclutado para ir con sus abuelos, y Ryou celebraría con toda su familia. Así que NUESTRA fiesta estaría constituida por mí familia y la de Atem que eran tan sólo Yugi y el Abuelo.
Acabé la plática justo a tiempo, ya que cinco segundos después, sentí a Atem salir del baño.

NOCHE BUENA

“Bueno, ya casi está todo.”-pensé mientras colocaba las bebidas.-“Ahora, sólo debo esperar que Yugi cumpla su parte del trato.”
Sentí el timbre, y salí corriendo a recibir a mi familia, sabía que papá aún no perdonaba del todo a Atem por “raptarme” de mi casa. Sin embargo, estaba extrañamente tranquilo como para estar parado en “territorio enemigo”, o mejor dicho, respirar el mismo aire que mi novio respiraba todos los días. ¿Qué traía entre manos? Le resté importancia después que mi abuela me sorprendió con los regalos. “Wow, papá hasta compró cosas para Atem…”-miré a mi padre.-“Sólo espero que no sea una pistola para efectuar un suicidio… o un homicidio…”.
El tiempo pasó rápido, los Muto debían llegar pronto, así que corrí a cambiarme. Ése era mi regalo para Atem, ponerme el vestido azul zafiro que me regaló en mi cumpleaños y nunca tuve ocasión de estrenar. Sabía que le dolía un poco verlo siempre en el fondo del ropero, con la caja sin abrir. Iba a darle gusto, aunque no tan así a mi padre, al ver que era con la espalda descubierta y que sólo era sostenido por unos breteles que pasaban tras mi cuello. Me arreglé y bajé.
La siguiente vez que escuché el timbre, le pedí a mi mamá que abriera y le guiñé un ojo, y ella lo captó al momento. Yo ya le había comentado lo del vestido de fiesta, por lo que supe que traía puesto el regalo de Atem y no quería que me viera en él tan rápido. Me escondí en el dormitorio mientras escuchaba personas entrando. Atem sonaba decepcionado de no haber estado para recibir a los invitados. “No sé qué hiciste Yugi, pero te debo una.”-pensé. Escuché al Faraón preguntar por mí y pasos en la escalera. “¡Ahí viene! ¡Tea tranquila!”-no me iba a servir, pero no hacía daño intentar concentrarse un poco.
La puerta se abrió, dándole paso a un atónito Atem.

-¡Sorpresa!-grité mientras lo abrazaba y recibía con un beso.

La sorpresa fue mía cuando me meneó la cabeza en señal de reproche. ¿Estaba en problemas?

-Ay, no puede ser… Tea…-tragué con dificultad. -¿Cómo te atreviste a darme mi regalo cuatro horas antes de medianoche?-su tono pasó a broma.

No pude evitarlo, me reí. Me levantó la cara tomándome gentilmente de la barbilla, haciéndome mirarlo a los ojos. Volvió a besarme y luego me susurró un sinnúmero de halagos y cumplidos. Finalmente le di algo de intimidad para que él se cambiase también: un pantalón negro de vestir y una camisa blanca con una corbata un tanto floja. Esa siempre era su combinación para las fiestas, pero… me sorprendió que se hubiera decidido a usar también el saco.
Le resté importancia. Seguramente quería darle una buena impresión a mi padre, quien no parecía molesto cuando nos veía abrazados o besándonos (lo que pasó muy seguido, gracias a que siempre terminábamos muy convenientemente debajo de algún muérdago, que no recordaba haber colocado). “¿Se habrá complotado con mis padres?”-pensé.

Finalmente, medianoche, hora del brindis y de los regalos. El regalo para Atem, de parte de mi padre, resultó ser sólo un reloj pulsera, aunque debía admitir que era de buen gusto. Respiré aliviada. Parecía que se hubiesen perdonado todos los rencores… por ahora. Finalmente, él se acerca a darme mi último regalo de esa noche.

-Lo estaba guardando para el final de la fiesta pero…-confesó mientras tomaba mi mano derecha con una mano, y buscaba algo con la otra.

Lo que vi que sacó fue un hermoso anillo de plata y oro blanco que depositó en mi dedo anular. De repente no recordaba cómo hablar, o respirar, o dónde estaba y quiénes eran las personas que nos estaban mirando. Nada. Mi mundo se detuvo en los ojos amatistas del hombre, que ahora se hallaba arrodillado frente a mí.

-Tea, te amo más que a nada en este mundo, más de lo que he amado a nadie jamás, y siento que ya no puedo vivir sin ti. ¿Te casarías conmigo?-su pregunta sólo consiguió que las lágrimas que estaba reprimiendo lograran salir.
-Atem…-fue la única palabra que recordé de momento. -¡Pensé que nunca me lo pedirías! ¡Claro que sí!-fue mi eufórica respuesta, mientras me arrodillaba y me abrazaba fuertemente a él.

Sin duda fue la mejor Navidad de mi vida.

Actividad de Wallpapers Navideños.

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Concurso De One-Shots - 2do

2do One-Shot.
Titulo: La Promesa
Autora: Just.A.Dreamer
Fecha: 6/04/2009


- La Promesa…


Era un día mas hermoso que cualquier otro, el sol brillaba con todo su esplendor y el cielo estaba mas azul que de costumbre, los pájaros cantaban mucho más sus hermosas melodías que antes, y hacia un tiempo esplendido, el mejor día de su vida, o al menos eso pensaba la chica de cabellos castaños y ojos azules que caminaba alegremente entre las personas con su hermoso vestido morado claro, con algunos detalles en blanco y una gran sonrisa en la cara, no podía dejar de sonreír, estaba muy feliz ese día…
-“lo volveré a ver… ¡¡después de tanto tiempo lo volveré a ver!! Me pregunto... ¿Cuánto ah cambiado durante todos estos años? ¿Me reconocerá? tal ves no… después de todo, tenemos 12 años sin vernos! Mmm… ¡¡Mas le vale que si me reconozca!!”- pensaba inquieta la chica mientras miraba hacia todas partes con la posibilidad de reconocerlo entre ese montón de gente, aun así no lograba verlo, así que decidió volver a caminar…
Aunque trataba de conseguir a ese alguien entre toda esa multitud, su caminar no era lento, mas bien caminaba rápido, se notaba su inquietud por encontrar a esa persona, estaba ya muy desesperada…
-hay!! En donde rayos estas!? No me digas que te estas escondiendo como…!! – en ese momento paró en seco, mirando al piso – como cuando éramos niños…-pensó al fin…
-recuerdo que cuando éramos niños jugábamos mucho a las escondidas…

//Flashback//

Era un día de verano y justamente en un parque se encontraba una pequeña niña entre 7 y 8 años de edad que miraba hacia todas partes, tenía el cabello castaño y corto y tenia puesta una camisa blanca un poco sucia junto a una falda color rosa…
-Atem!!! ¿Dónde estas? ¡Es hora de comer!- gritó la chica a los cuatro vientos después de lo cual se quedo callada mirando hacia todas partes otra vez en total silencio, esperando un ruido o alguna señal de en donde estaba aquel chico al que ella buscaba, despojes de un rato de esfuerzos fallidos de ver u oír algo volvió a gritar…
-¡¡aaaahhh!! ¡¡Ya veras que te voy a encontrar!! ¿¡Así dure semanas oíste!?- gritó, pero esta ves más fuerte, en lo cual sintió que una mano se posaba en su hombro a lo cual se asustó y dio varios pasos lejos aterrada…
-aaaaaaaahhhhhhhhh!!!!!- grito la chica hasta que al distinguir bien vio a un chico de cabellos en punta y de distintos colores con unos intensos ojos violetas, y supo en ese mismo instante, que ese era el amigo a quien estaba buscando…
-¡¿Qué rayos haces!? ¡¡Casi me causas un paro cardiaco!!- le reprocho la chica en cuanto se repuso del miedo…
-eeeehhh… dudo mucho que en verdad te de uno Tea… - contesto el chico con una gota en la cabeza estilo anime al ver como reaccionaba la chica…
-como sea! Además,¿¡ no debías haberte quedado en tu escondite!?- le volvió a regañar la niña…
-s-si, pero… tardabas demasiado, me preocupe ya que pensé que tal vez te habías perdido… - dijo el con un poco de preocupación…
-claro que no!! Yo se muy bien en donde estoy!- dijo testaruda ella, volteando hacia otra parte…
-muy bien chica sabia, ¿en donde estamos?-dijo el a lo cual la chica miro alrededor, miro a los árboles y dio con que, definitivamente, estaba en un lugar totalmente desconocido para ella…
-humm... humm… -se quedo pensante ella…
-me lo imaginaba… solo… volvamos ¿si? - dijo y tomo la mano de la chica para así empezar a caminar un rato, y así hasta que se toparon con un gigantesco árbol, que posiblemente era el mas grande de todo el parque…
La pequeña lo único que hizo en cuanto llegó fue correr hacia la sombra del árbol y sentarse recostada en medio de las frondosas raíces de este que sobresalían del suelo, mientras por detrás de ella le seguía el joven que caminaba tranquilamente y se sentó al lado de ella…

-aahhh… que lugar tan relajante ¿no Atem?- dijo derrepente ella sin voltear a verlo…
-si, es mi lugar favorito de todo el parque…- respondió el con una expresión de infinita tranquilidad en su rostro…
-también el mío… supongo que por eso somos tan buenos amigos ¿no?, casi siempre nos gustan las mismas cosas…-dijo ella subiendo la mirada hasta la copa del árbol donde veía las hojas meciéndose suavemente…
-si, casi siempre…- dijo el chico con un poco de ironía en su tono de voz…
-seremos los mejores amigos hasta el fin! Verdad Atem?-dijo la chica, a lo cual dio un gran y somnoliento bostezo…
-claro que si! Y puede que hasta…-decía el, pero se detuvo en cuanto sintió un pequeño peso en su hombro, volteo y comprendió en ese momento que era la pequeña niña que estaba sentada junto a el, se había quedado dormida y quedo sostenía en su hombro, al ver esto el solamente sonrió y recostó su cabeza en la de la chica, quedando también profundamente dormido con una dulce sonrisa en la cara…

//Fin Flashback//

La chica ante tal recuerdo suspiro profundamente y se sentó en un banco que estaba cerca de ella, recostando su rostro en una de sus manos, así mirando la fuente que estaba en ese momento justo en frente de ella fijamente…
-“en ese tiempo, todo era perfecto... ¡¡Hasta que vino ese vejete insoportable y destrozo todo!! Aunque claro… yo mi sentido de lo correcto…! “- pensó furiosa la hermosa chica cambiando derrepente su semblante nostálgico y relajado a uno de puro enojo y odio para volver a otro de tristeza y nostalgia…

//Flashback//


Iban corriendo rápidamente dos pequeños niños por el bosque en medio de la obscuridad de la noche, un niño de cabello extraño y ojos violetas que le tomaba la mano a una linda niña de ojos azules y cabellos castaños mientras corrían por el bosque, se oían voces detrás de ellos y algunas luces que parecían ir hacia todas partes buscando algo, o a alguien.
Los niños corrieron hacia el gran árbol de aquel parque y se escondieron debajo de una de las raíces, esperando que no los encontraran, el chico se sentó cansado escondiendo a la niña entre sus brazos para esconderla y vieron nerviosos como aquellos hombres que los perseguían miraban por todas partes por un momento, hasta que decidieron irse para seguir buscando en otra parte…
-¿¡q-que esta pasando Atem!? ¿Por que nos persiguen esos tipos? ¿Por que me citaste aquí y a estas horas? tengo miedo Atem… - dijo la niña en susurro mirando con un poco de temor al chico que en cuanto ella terminó de hablar el solo la abrazo fuertemente ocultando su cara entre el hombro de la pequeña, aun así no puedo evitar que se le salieran algunas lágrimas…
-me voy Tea… a un lugar muy lejano de aquí, y no nos volveremos a ver más…-dijo el entre sollozos con una voz muy débil y quebrantada abrazando cada ves mas fuerte a la pequeña niña que estaba entre sus brazos…
-no… ¡no puede ser! ¿Por qué? ¿Qué paso?-dijo la chica apartándose del chico con mucha sorpresa en su rostro, solo para dar Copn unos ojos llenos de lagrimas que la miraban con tristeza…
-mi abuelo…- díjole finalmente…
-¿Qué? ¿Ese viejo feo e insoportable que hasta tu detestas?- contesto ella sin entender aun, a lo que el chico solo miro a un lado evadiendo la mirada de la chica…
-el… no cree que mi padre tenga un buen cuidado sobre mi, sobretodo por el potencial que tengo, así que decidió mandarme a un internado fuera del país donde seguiré mis estudios por los próximos 9 años y así mis habilidades podrán ser explotadas y…- no pudo continuar, quebró en llanto y no podía imaginar su vida lejos de su pueblo natal y de su amiga Tea, se echo a llorar de nuevo en el regazo de su amiga…
-¡n-no quiero irme de aquí Tea!¡¡ No quiero alejarme de mi casa, ni de mis amigos y mucho menos de ti!! Por favor… ¡¡No dejes que me lleven!! ¡¡Te lo suplico!!- dijo mientras lloraba mas fuerte y se sentía cada ves peor, casi no dejaba respirar a la pequeña niña a quien estaba abrazando…
-no… tampoco quiero que te bayas, pero… tampoco es algo que podemos evitar, ¡en algo tiene razón tu abuelo! Y es en que este lugar no es el apropiado para ti y que tu mereces una mejor educación que la de aquí, ¡eres demasiado listo Atem!-dijo la chica sorprendiendo al chico que en cuanto ella dijo esto la miró con una de sorpresa, pero ella siguió – a mi también me dolerá y mucho que te bayas, ¡pero no mereces esto y lo sabes! Por eso…. ¡aremos una promesa!- dijo la chica con mucha confianza y decisión en su mirar…
-una… ¿promesa?- repitió en modo de pregunta el chico muy sorprendido por las palabras de la chica…
-¡si! ¡Eso! Una promesa…- respondió ella a la pregunta del chico a lo cual ella alzo su dedo meñique de la mano derecha – prometamos que cuando seamos grandes y que cuando termines tu educación en ese estupido internado nos inscribiremos a la misma universidad y que nos volveremos a ver algún día!- dijo ella llena de confianza mientras miraba al otro que al verla a ella tan confiada y ver que tan maravillosa idea se le había ocurrido, también se llenaron de confianza sus ojos…
-una universidad ni muy mala y ni muy buena para así entrar los dos… estupenda idea Tea!- dijo alegre él, secándose las lagrimas y volviendo a sonreírle a la chica…
-entonces… ¿trato hecho? – volvió la chica a alzar el meñique a lo que el chico respondió haciendo lo mismo y enlazando su dedo meñique con el de ella…
-claro! Trato hecho!- dijo finalmente el sonriendo tiernamente mientras veía la gran sonrisa que tenia la chica, mientras pensaba “y are todo lo posible para volverte a ver… ¡lo juro!”
-entonces… ¿Cuándo te vas? – soltó ella derrepente después de un rato de silencio…
-mañana en la mañana…- dijo el medio triste, tratando de no volver a caer en la misma desesperación de hace rato…
-entonces…. ¿esta es la última ves que nos vemos? Es decir, antes de que te bayas al internado…-contesto ella un poco preocupada por lo rápido que habían ocurrido las cosas…
-si…-dijo el tristemente a lo que ella miró el pequeño reloj que tenía en su muñeca…
-es tarde y de seguro te tendrás que ir muy temprano y además, mis padres deben estar muy preocupados ¿no crees que deberíamos…?-dijo ella pero fue interrumpida por el…
-no, ¡por favor! Solo… solo un momento más, solo un pequeño momento más junto a ti…- dijo con una voz un poco alterada pero serena
- o-ok…- respondió ella a lo que se juntó mas a el, por que hacía mucho frío, mas tarde ellos volvieron a sus casas, donde sus familias los esperaban con mucha preocupación…

//Fin Flashback//


-“aahh… el tiempo de espera fue largo, y ahora que por fin podemos encontrarnos no lo puedo conseguir…”- comenzó a pensar ella, hasta que reaccionó y prosiguió parándose de golpe - ¡¿pero que rayos hago?! En ves de estar desanimada recordando viejos tiempos debería de estar buscándolo!! Arg!!- pensó reprendiéndose mentalmente y empezó a caminar otra vez, pero apenas haberse parado y dado algunos pasos sintió que una mano se posaba en su hombro, fue tan repentino que ella no pudo evitar asustarse...
-AAAAAAAHHHHHHH!!!!!-gritó mientras se daba la vuelta sorpresivamente para después ver a un hombre apuesto de ojos violetas y cabello parado de varios colores, llevaba puesto un pantalón negro y una camiseta negra junto con una chaqueta azul marino y que además la miraba con un poco de sorpresa en los ojos, para después de unos segundos echarse a reír un poco, mientras ella solo lo miraba extrañamente…
-¿Qué? ¿Acaso no me reconoces?- dijo el en un intento fallido de no de reír…
-¿Qué? ¿Reconocerte? ¿Pero que…?- empezó a decir ella hasta que en una reaccionó. – ¿e-eres tu…?¿ Atem?- empezó a decir con lágrimas en los ojos la chica, alo que el sonrió dulcemente…
-claro que soy yo tontita, ¿acaso esperabas a alguien mas?- dijo el, a lo que en cuanto termino de decir esto, la chica se le abalanzó enzima para abrazarlo fuertemente, a lo cual el casi se cae, pero logro mantenerse en pie…
-¿ah pasado mucho tiempo no? me hiciste mucha falta…-dijo el respondiendo al abrazo, a lo que la chica solo pudo contestar estrechándolo mas hacia ella mientras lloraba…
-jeje… ya basta Tea, no me dejas respirar…- dijo el de broma mientras le sonreía
-t-te extrañe mucho… no paso día en que no pensara en el día en que te volvería a ver… y tenerte aquí de nuevo… ¡es como un sueño hecho realidad!- dijo ella por fin mientras se apartaba de el y se secaba las lágrimas de los ojos...
-¿por que… no vamos a comer un helado juntos? De seguro que eso nos quitara tanta emoción…- dijo mientras tomaba la mano de Anzu, quien aun seguía limpiándose las lágrimas y empezó a caminar con ella hacia el puesto de helados… (N.A: me dio hambre… T.T)
-¿enserio? Pues… tú no pareces tan emocionado como yo…-dijo ella un poco irónica…
-mmm… solo digamos que en ese internado aprendí muchas cosas, algunas que no desearía haber aprendido, como en este momento…-
-ah ¿si? Pues cuéntame que más aprendiste allí, tengo todo el tiempo del mundo para ti…-dijo mientras seguía siendo tácticamente arrastrada por el…
-mmm… bueno, si quieres saber, primero cuéntame como te ah ido a ti, hay muchas cosas que quisiera saber…- dijo y siguieron caminando mientras conversaban, se dirigían hacia adentro del parque, perdiéndose entre la gente y los árboles, donde la chica se llevaría una gran sorpresa que le estaba guardando su amigo desde hace rato…

Concurso De One-Shots - 1ero

1er One Shot.
Titulo: Dos Ojos Azules
Autora: $ђîžД W† 43
Fecha:30/03/2009


Dos ojos azules

Su incorrecta posición ya no le causaba impresión a nadie; su pereza ya no era novedad en ningún momento; y su inteligencia no dejaba rastros de sorpresa, porque nunca la dejaba salir. Todos le decían que se privara de esas acciones, al menos en la clase más temida-o mas bien, en la clase de la profesora más temida-, Matemáticas. Pero a él no le importaba la susodicha, ni cualquier otra, sino que sólo pensaba en la dichosa hora de salida.
"No es gran cosa", repetía en cada momento, y sus compañeros le reclamaban que así no iba a lograr siquiera pasar el año presente.
-Pamplinas-murmuró cinco minutos después de que tocaron para el final de la clase.
-Joey, no seas pesado. Si no quieres hacer nada, ¿qué rayos haces aquí?
-Pues me entretengo más que en mi casa.
-Idiota.
-Hey, hey, sabes que no soy partidario de la violencia.
-Uy, mira quien lo está diciendo. Eres el que más alienta la paz.
-Ah, vamos, Yami, dame un poco de crédito.
-¡No lo mereces!-exclamó el aludido, ahora saliendo del salón, seguido del rubio-Es decir, tiraste todo por la borda, y ahora te portas como un bueno para nada.
-Tengo mejores cosas en que pensar.
-Idiota.
-Ok, basta con lo de "idiota", ¿de acuerdo?
-Está bien.
-Bueno, para empezar, no he tirado todo "por la borda"-replicó Joey, levantando sus dedos, asemejando comillas-, aún hago mis tareas, proyectos individuales y exposiciones.
-Pero ningún bendito examen ¿Acaso te has puesto a pensar que podrías necesitas un promedio mínimo de nueve para entrar a ese maldito Colegio?
-¿¡Qué!?
-¡Ja! ¡Ahora sí estás asustado, ¿cierto!?
Joey enarcó las cejas y le dio un leve empujón a su amigo, frustrado.
-Tú no tienes corazón.
-Sí, claro, entonces no estaría hablando contigo.
-Pero tú eres un vampiro.
Yami se llevó una mano a la frente y murmuró:
-Joey, no sé qué voy a hacer contigo.
En ese instante, la discusión entre ambos chicos fue interrumpida por una tímida voz, que preguntaba sobre la coordinadora de ese año, a lo que Yami volteó inmediatamente. Al hacerlo, no pudo evitar impresionarse por ver dos ojos azules ansiosos, que lo miraban con cierta curiosidad y paciencia, lo que lo hizo estudiar a la dueña, cuidadosamente, dejándolo sorprendido. Ahí detalló su mirada y percibió una dulce sonrisa en ella que les estaba dedicando a ambos, mientras esperaba una respuesta. Nunca antes la había visto en el Colegio, por lo que su primera teoría fue que se trataba de una chica nueva.
-Ahm, ¿a quién buscas, perdona?-cuestionó, pues ya había olvidado lo que antes había dicho la presente, por observarla en un intervalo de tiempo.
-A la coordinadora...Sara-añadió ella, luego de ver un pequeño papel en el que yacía escrito el nombre mencionado.
-Está en esa oficina-intervino Joey, al tiempo que señalaba la susodicha, a una distancia corta de los tres.
-Gracias-fue la final palabra de la ojiazul, antes de que se alejara.
Yami volteó a verla y no le quitó los ojos de encima, hasta que la vio entrar en el pequeño cubículo. Cuando reaccionó, arqueó una ceja, y miró a su amigo.
-¿Una nueva? ¿Por qué a mediados de año?
-¿Y por qué no?-replicó Joey, sonriendo alegremente.
El tricolor ladeó su cabeza y entrecerró los ojos.
-¿Por qué me miras así?
-¡No puedes evitarlo! Te gustó, lo sé.
-¿De qué hablas?
-Vamos, Yami, lo pude ver desde el momento en que te quedaste callado por casi ocho minutos.
-¡No pasaron ocho minutos!
-Tienes razón, pasaron diez-confirmó el otro, haciendo una mueca divertida.
Yami mostró su semblante, con el claro coraje escrito en todas partes.
-Estás exagerando. Simplemente me sorprendió. No todos los días ves a alguien con ese color de piel y ojos.
-Sí, claro, como si tú fueras muy similar a todos, ojos violetas.
-Al menos no son cafés.
-¡Ja! Pues, por lo menos mi cabello es normal.
Yami sólo se limitó a emitir un gruñido en desacuerdo. Comenzaba a darse cuenta que Joey ya estaba usando esa "arma" constantemente para callarlo...y no le gustaba ese hecho.

El día de clases terminó como cualquier otro. Yami y los chicos iban saliendo del edificio y apenas bajaron las escaleras, la "nueva" bloqueó su camino, un tanto nerviosa, lo que provocó que la miraran extrañados, aunque le sonrieran momentos después. Inmediatamente, Yugi le dio una cordial saludo, al tiempo que se presentaba: fue cuando aprovechó para presentar a los demás. Mientras lo hacía, Joey dio un codazo al costado de Yami, haciendo que éste se sobresaltara y lanzara un quejido.
-¿Qué sucede contigo?-reclamó severamente.
-¿Por qué no le preguntas dónde vive y la llevas? Así podrás conocerla un poco.
-¿Por qué habría de hacer eso ahora?
-Ya te lo he dicho.
-Joey...
-Él es mi hermano Yami, y él, Joey-terminaba de decir Yugi, después de señalar a los chicos, respectivamente.
La castaña sonrió con gusto, y cuando hubo mencionado su nombre por igual, miró a los dos mencionados con anterioridad, y emitió un siseo.
-Hmm, creo que los he visto en la mañana. ¿Cerca de la coordinación?
-En vivo y a todo color-dijo Joey, haciendo una reverencia y provocando que la joven riera.
A partir de ahí, todos mantuvieron una cálida conversación con ella, logrando pasar un rato agradable, pero hubo un momento en que Yugi se vio obligado a interrumpir.
-Bien, Yami y yo nos tenemos que ir. Nos están esperando en casa.
-Como siempre, un buen hijo-murmuró Tristán, sonriendo abiertamente.
-Por supuesto, si no, ¿quién lo sería?
-Uhh, te degradó, amigo-anunció Joey, volteando a ver a Yami, quien se cruzó de brazos y se encogió de hombros.
-Como sea.
Ambos hermanos se despidieron y tomaron su acostumbrado rumbo para llegar a casa, pero cuando Tea se dio cuenta de la dirección por la que iban, los detuvo, preguntándoles si era posible acompañarlos. Yugi fue el primero en acceder, y Yami a regañadientes, después de que se percató de la carcajada de Joey, a algunos metros de ellos.
-Gracias-dijo ella, dulcemente.
Así, los tres reanudaron el paso y caminaron hacia el Oeste, poco a poco dejando el Colegio atrás. En el trayecto, que al final resultó ser bastante largo, Yugi y Tea fueron los que llenaron todos los momentos de palabras, sin dar la oportunidad al silencio de implantarse una sola vez. Yami sólo los miraba de soslayo, ligeramente fastidiado por no poder tener un poco de "paz", pero se mantenía callado, haciendo todo lo posible por pasar desapercibido, con tal de no ser incluido en aquellas aburridas conversaciones. Sin embargo, sí ponía atención a las reacciones de la ojiazul con respecto a lo que decía su hermano, o la forma en que sonreía con gusto por poder hablar con alguien que apenas había conocido. Casi podía jurar, que sus dos ojos brillaban de satisfacción, haciendo que se vieran mucho más hermosos de lo que eran. Su conclusión final, luego de estudiarla cuidadosamente durante todo ese rato, fue que se veía muy agradable, y que parecía ser una buena persona después de todo, pero eso no implicaba que le gustara, aunque le indicaran lo contrario. Se lo repitió una y otra vez, cada día que pasaba, cada semana y cada mes, que tan sólo era una chica que se había integrado con ellos, convirtiéndose en una buena amiga, e incluso llegó a cantárselo en una melodía fastidiosa, a Joey, quien era aquel que más insistía en que pensaba diferente en cuanto a los dos. Mencionaba cada vez que podía, que desde la primera vez que los había visto frente a frente, supo que no sólo habría una relación amistosa entre los dos, sino que lograba percibir ese "algo" que no sabía describir, que pronto los llevaría a tomar un mismo rumbo en el que la amistad se transformaría en un sentimiento más importante y más fuerte. Aún así, Yami se negaba y renegaba de que no iba a suceder de esa manera, ya que decía que no la veía así, por el simple hecho de que eran completamente diferentes y por lo tanto, nunca lograrían entenderse. Pero en el lugar más recóndito de su mente, tenía un ligero presentimiento de que sus contradictorias personalidades hacía que se complementaran perfectamente, como para formar una pareja: una cosa era que no quisiese aceptarlo, ya fuese por temor o por su mismo orgullo.
Cuando decidió ponerse en de acuerdo consigo mismo, tomó una decisión definitiva en la que aceptó que en el transcurso del tiempo, había comenzado a sentir algo por la castaña, algo que sabía que siempre había estado ahí desde la primera vez que se había encontrado con sus maravillosos ojos, azules como las estrellas nocturnas que mostraban su belleza en la oscuridad. Nunca antes había quedado embelesado por dos ojos, y los de ella eran los únicos que habían logrado perderlo en constantes trances fuera de la realidad. Por ende, sugería que ella misma era la primera que lo llenaba de alegría con sólo ver una sonrisa suya, y esperaba que por igual, fuera la última, ya que de alguna manera, no sabía por qué, sentía que era aquella persona especialmente para él que había encontrado por fin. Gracias a esa manera de pensar, tiempo después, fue capaz de declararse ante ella en una tranquila noche, caminando por el parque, y para su grata sorpresa, fue correspondido, cosa que celebró interiormente cuando se detuvieron junto a un gran roble que fue el testigo del primer beso que se promulgó entre los dos. Con éste, le expresó el cariño y el aprecio que le tenía, y con un cálido abrazo, le dijo que había logrado enamorarlo, a pesar de toda la resistencia que había opuesto, y que sin embargo, se sentía con dicha de que lo hubiese hecho, porque se decía la persona más feliz que nunca y no quería que eso cambiara. Ella había llenado el vacío de su vida...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Fic Colectivo - Doceavo Capitulo (ultimo)

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:Cho Dulché
Fecha: 26/09/2009

Atem regreso a su habitación después de haber hablado con su abuelo… todo era un verdadero caos para el y para su equilibrio emocional… tenia que hacer algo con su vida pero… ¿Qué?... esa era la pregunta del milenio (lo siento no pude resistirme XD) … en verdad extrañaba escaparse por las noches de su vida monótona, aburrida y sobre todo … triste… si su vida era triste de no ser por Mana que la consideraba su hermana y compañera de juegos y… aquella chica con la que choco cerca del Rio Nilo, cuando la vio nunca pensó que pusiera su mundo y corazón pies para arriba, no sabia como manejar la situación… casarse y ser infeliz por el resto de su vida o apostarlo todo por aquella muchachita de cabello café…pero no sabia si ella correspondiese a aquellos sentimientos...

-Que loco... y si ya tiene dueño su corazon???... no se que aria... tal vez torturarlo o... ya ni se... aria su vida miserable por haberse fijando en mi Anzu... un momento... yo dije eso o fue mi inconciente?...- tenia que liberarse tan solo por unos momentos de todas sus preguntas… tenia que escapar, tenia que sentir de nuevo esa libertad …

-Me volveré loco dentro de este castillo si no salgo por lo menos cinco minutos fuera de el… pero, ¿Cómo le are para burlar a Seto?... mi abuelo mando mas refuerzos para asegurarse de que no escapara de nuevo… solo tengo que pensar…- Dijo mientras se tumbaba en sus aposentos…

Se paro de nuevo, pero vio que Ra ilumino el mundo de nuevo… había dormido tantas horas… o al menos eso creía…pero lo que menos creía… ¿Nadie lo había empezado a fastidiar para que se levantase?... escucho que tocaron la puerta, se paro y pregunto inmediatamente…

-Quien??? … pregunto Atem algo adormilado.
-Soy yo alteza… Anzu…- respondió un poco asustada.
-Anzu… es Anzu… - Se dijo para si mismo mientras en su rostro se formaba la mas grande sonrisa en toda su corta vida.- Espera un momento, en un par de minutos voy- Dijo mientras se apresuraba para cambiarse, se puso su típico traje de faraón y salió para ver que quería aquella chica que logro cautivar su corazón.

-Si… para que me querías Anzu??? …- pregunto mientras se formaba una disimulada sonrisa sexy (baba escurriéndose de parte mia).
-Al-alteza… el desayuno esta listo- contesto ante aquella sonrisa cautivadora mientras su mejillas se tornaban de un color carmín.
-Oh… ya veo… solo era para eso…- Dijo mientras de su rostro se desvanecía esa sonrisa que formo, nada tenia sentido si ella solo le hablaba para puros formalismos.
-Pe-pero hay otra cosa mas que quiero decirle…- Dijo mientras se acercaba un poco mas al faraón.
-Si… y que era eso…- Se puso rojo ante aquella reacción de Anzu… se ponía nervioso… jamás la había visto reaccionar de esa manera.
-No hace falta de palabras para decírselo, creo que con esto bastara- Contesto mientras cerraba lentamente los ojos e iba acercando su rostro al de Atem.

El por su parte no reaccionaba… no caía en la idea de que ella… la mujer de quien estaba enamorado lo besaría, ya no había nada que temer, todo se solucionaría si ella permanecía a su lado. Acercando un poco mas el cuerpo de ella al suyo, cerro también los ojos, faltaban milímetros a que estos se juntaran por primera vez… hasta que…

¡¡¡ PAAFF!!! (yo y mis fabulosos efectos de sonido XD), solo se pudo escuchar un cuerpo que caía violentamente contra el piso…

-Auch!!!... eso dolió mucho… pero que rayos…- dijo mientras observaba su habitación… aun era de noche, debía de haber pasado unas 2 o 3 horas a lo mucho… se llevó una gran desilusión al ver que todo lo que vio no fue verdad… - tendré que salir de aquí a como de lugar…- Se puso sus ropajes de aldeano que guardaba con mucha cautela y salía de sus aposentos.

Logro esquivar hasta ahora a los guardias de sus aposentos, ahora seguían los de su piso … corrió a toda velocidad para no ser visto…

-Creo que ya los he burlado… si sigo así podre llegar con bien hasta…- Ya no pudo seguir hablando ya que choco contra alguien… le rogo y suplico a Ra que no fuera ni su primo, ni su padre y mucho menos su abuelo o de ser así no viviría para su coronación, se sobaba la cabeza y pedía disculpas aun sin voltear a ver a la cara la otra persona. – Lo siento… lo siento…- Dijo mientras aun sin abrir los ojos ayudo a levantar a esa persona.
-Atem… creo que tu y yo tenemos una suerte para siempre chocar… no lo crees???- Contesto al ofrecimiento mientras se ponía de pie.
-An…zu…- no podía creer lo que sucedía… cuando escucho su voz abrió de golpe los ojos para encontrarse a Anzu con las mas sincera sonrisa que podría alguien tener, sus ojos mostraban vida y libertad… mientras que los suyos reflejaban tristeza y soledad.
-Atem… que haces a estas horas despierto aun???... y con esa ropa de aldeano… que pasa aquí???- Pregunto un poco o mas bien mucho una desconcertada Anzu…
-Pues veras… - Se iba a excusar cuando…
-creo que escuche voces por este pasillo… Sera mejor ir a investigar…- Le dijo un guardia a otro mientras corrían a ver que sucedía.
-Creo que estamos en problemas…- Comento Anzu con cara de pánico mientras casi soltaba el grito en el séptimo cielo que hasta Ra o Anubis la escucharían…
-Ven… toma mi mano…- Dijo mientras estiraba la mano a Anzu.
-Pero… a donde?- pregunto mientras se ponía nerviosa de que la descubrieran… o eso quería creer, para no idearse una loca idea donde ella tomaba la mano del faraón.
-Confía en mi…- dijo mientras estiraba su mano y al mismo tiempo esbozaba una sonrisa sincera y de complicidad.
-De acuerdo…- Dijo mientras tomaba su mano y se hechaban a correr… mientras se reflejaba una sonrisa de enamorada en su rostro.

Fic Colectivo - Onceavo Capitulo

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:Just.A.Dreamer
Fecha: 14/09/2009

Cierto príncipe estaba sentado en su cama, pensando en tantas cosas que habían sucedido ese día, y aun mucho menos aquello ultimo que había sucedido apenas unas horas atrás. Ahora si que no sabría que hacer, y no podía pensar nada mas que no fuera aquello que lo atormentaba tanto.
Miró hacia la ventana. Ya era de noche y la luna ya se encontraba en el punto mas alto del cielo, ya era tarde pero eso no le importaba en ese momento, por que simplemente no podía concebir el sueño. De repente despertó del trance en el que estaba, tenía su cabeza en otro mundo y tenia que devolverla a la tierra. Empezó a repasar lo que había pasado aquel día. Primero: se enteró de que su madre iba a morir de una enfermedad desconocida. Segundo: que se iba a casar con una total desconocida de la cual ni siquiera había escuchado antes, y tercero...
¡Ah! el tercero! ese era el problema más grande. Ahora se tendría que casar con una chica que en realidad nunca iba a querer, por que el amaba a otra persona y eso no podía cambiar, ahora sabía algo que hizo que no supiera otra cosa: ¿¡como iba a arreglar todo este rollo!?

///FlashBack///

En uno de los tantos y largos pasillos del palacio, se encontraban dos personas, tirados en el piso arriba de unos pequeños montones de ropa. Prácticamente tirados en el piso mirándose fijamente a la cara, ninguno de los dos podía apartar la vista de los ojos del otro, con sus mejillas totalmente encendidas en rojo y sin siquiera moverse un poco. y por si no fuera poco, en ese momento sus corazones latían tan fuerte que juraban que hasta podrían oírlos.
-"acaso... esta sensación... puede que sea...!"- pensaba aquel chico. Inconscientemente acercando su rostro al de la chica y mirando sus labios que estaban cada vez mas cerca.

-A-Atem…- escucho la voz de la castaña, que lo sacó de su trance repentinamente.
-¡Ah! Disculpa, ya me levanto, te ayudaré a recoger la ropa.- dijo el y se levanto y ayudo a levantarse a la castaña, a lo cual procedieron a recoger la ropa. Cando terminaron Anzu levanto la cesta.
- Gracias por ayudarme alteza, me iré a la lavandería, otra vez a lavar todo esto…- dijo ella, volviendo a mirar toda la ropa que se había caído con un poco de tristeza.
-E-esta bien… cuídate ¿ok?- dijo un poco ausente, mirando al vacío.
-¿cuidarme de que? ¿Del malvado jabón que reseca las manos? Como sea, mejor que me vaya ya, o de seguro me regañaran.- dijo y procedió a irse, mientras aquel chico que estaba con ella, la seguía con la mirada. Tardo unos cuantos segundos en responder pero regresó a su habitación, esta vez cerrando la puerta, y se sentó a su cama, aun perdiéndose en sus pensamientos.


///Fin FlashBack///

-Eso que sentí… estoy seguro de que eso era… estoy enamorado de Anzu…- declaro mientras se recostaba en su cama y miraba al techo.
En eso escucho un pequeño ruido, mas específicamente, tocaron la puerta, no pudo mas que levantarse con un poco de pereza, pero al fin de unos cuantos minutos se encontró llegando a la puerta y abriéndola.

-¿¡A-Anzu!? ¿q-que haces aquí!?- dijo impresionado y al mismo tiempo nervioso al ver la figura femenina que se posaba ante sus ojos, sonriendo como siempre.
-¡Hola Atem! ¿¡De que se sorprende!? Como sea, vine por que tu abuelo me mando a llamarte, dice que vayas a su habitación por que quiere hablar contigo…- dijo, a lo cual recibió una cara de desilusión de parte de Atem.
-ah… ya veo…- dijo con un tono de tristeza – gracias de todos modos, ya puedes irte…- dijo a lo cual salió de su habitación y se dirigía a la de su abuelo, pero antes de irse, volteo a ver a aquella chica que había estado en sus pensamientos desde hace horas, ella estaba caminando hacia el lado contrario a el, probablemente hacia la cocina. no pudo evitar volverse con una cara triste, sin siquiera notar que justo después de que el retomara su camino, la chica había volteado a verlo. Tenia una mirada triste, e inmediatamente retomó su camino hacia la cocina.


///FlashBack///

Una cierta chica que cargaba un gran cesto de ropa que hace unos momentos cayó al piso, y que además, le había amortiguado su caída junto al príncipe, andaba tranquila, aunque su corazón aun le latía muy fuerte. Parecía que no se pararía si no dentro de un buen rato.
En eso, al pasar al lado de una esquina, siente como unas manos la jalan con mucha fuerza hacia la dichosa esquina, y de repente vio a su amiga que hace rato supuestamente se había ido.

-¡no pude ver nada! Dime, ¿paso algo? ¿Qué paso? ¿Qué paso? ¿Qué pasooooo? ¡Diiiiimeeee!- dijo ella casi al borde de la desesperación, haciendo enojar un poco a su amiga.
-¿¡que no ibas a ir a lavar la ropa que tiraste!?- le regañó la chica alta.
-si, pero es que esto es más emocionante, y tenía mucha curiosidad, así que me quede a ver que pasaba….- dijo un poco apenada, pero solo por el hecho de no haber visto nada de lo sucedido.
-¿¡quieres decir que nos estabas espiando!?- dijo la otra, aun más molesta que antes.
Claro que no, no los espiaba. Como te dije: ¡no pude ver nada! ¡Así que prácticamente eso no es espiar!- dijo mana, contradiciendo lo que decía su amiga, la cual solo pudo soltar un suspiro y pensar “mana… al parecer nunca cambiarás…” -¿¡y bien!? ¿Sucedió algo? ¿Qué hicieron? ¿Se abrazaron? ¿Se besaron? ¿¡te invito a que pasaras la noche en su habitación!? ¿Qué paso? ¿Qué paso? ¡Diiiiimeeee!- dijo ella ya casi al borde de la desesperación. Cada vez más emocionada con cada palabra que decía.
-¿¡Q-QUE!? ¡¡¡P-p-por supuesto que no!!! ¡Nosotros no hicimos nada!- dijo furiosa, pero al darse cuenta de sus palabras volteo a ver hacia otro lado y cambio a un tono un poco melancólico -…nada… en absoluto…-
- oye Anzu… esa es una cara muy insatisfecha ¿no crees? – dijo su amiga con un tono picarón. Mirándola con una cara no muy santa, haciendo que su amiga reaccionara y se sonrojara un poco –Anzu, ¿no crees que sea hora de decirle lo que sientes? – soltó su amiga y de inmediato su amiga la miró con una cara sorprendida. Nunca pensó que su amiga sabría sobre eso.
-¿¡d-de que hablas!?- dijo la ojiazul, tratando de esconderlo.
-¡vamos Anzu! Eh sido tu amiga desde siempre, ¿¡crees que no me eh dado cuenta!? Tienes que decírselo.- dijo con un semblante serio, a lo cual Anzu simplemente se limitó a mirar hacia otro lado – p-pero… el se va a casar, no creo que deba meterme en esa clase de asuntos, además... ¡el es un príncipe! Q-quiero decir… en este instante el es una de las personas mas importantes y poderosas en todo el reino, y tal vez el mundo, mientras que yo... Solo soy una sirvienta. ¡Una de las personas menos importantes en el universo!- discutió la ojiazul, sin ninguna duda de lo que estaba diciendo.
-¡bueno…! Los milagros existen Anzu, tal vez, y solo tal vez, Ra te guíe en el buen camino para llegar a el ¿o no?- dijo ella mirándola a los ojos, era el primer comentario maduro que hacia mana aquel día, y tal vez no volviera a oír unas palabras así de parte de ella. – ¡muy bien! ¡Vámonos Anzu, que de seguro nos van a regañar si seguimos perdiendo el tiempo! – y dicho esto, la más pequeña de las dos cogió su cesta de ropa y corrieron hacia la lavandería. Claro, con su amiga detrás. sin poder evitar pensar una y otra vez sobre ese asunto. Tal vez, en serio sea hora de decirle lo que siente a atem…

Fic Colectivo - Decimo Capitulo

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:Sherezada
Arte: Sherezada
Fecha: 10/09/2009

Atem deambulaba por el palacio, aún intentando acomodar todo lo que le había ocurrido en ese día dentro de su cabeza. Primero que nada estaba su madre, luego su cor
onación y por último su inesperada y nada deseada boda... "Al menos me hubieran consultado..." pensó. Entonces escuchó unas risitas que lo hicieron voltear.
Lo primero que vio fueron dos cestos con ropa, y luego a las chicas que los traían:
Mana y Anzu. Sonrió para sí. Esas dos siempre estaban juntas...
Entonces Mana lo vio y lo saludó, dejando caer el cesto que cargaba, y toda la ropa recién lavada.

-¡¡MANA!! ¡¡ESTUVE TODO EL DÍA LAVANDO ESTO!!-la reprendió la castaña.
-Lo... lo siento... ¡lo lavaré por ti ya verás!-dijo la otra int
entando remediarlo y recogiendo las ropas.

Una risa les llama la atención a las dos. Atem estaba frente a ellas intentando contenerse, pero sin poder conseguirlo. Él conocía muy bien a Mana y conocía lo
que ocurriría si Ella lavaba esa ropa.
-Es un buen cambio verlo reír de vez en cuando...-dijo Anzu en cuanto él comenzó a calmarse.
-Sí, y realmente lo necesitaba…-dijo él.
-¿Día difícil?-preguntó ella.
-No imaginas cuánto…-le respondió mientras se acercaba a las chicas, pero a Mana no la tenía en cuenta, y era evidente.
-Sí, debe ser duro ser coronado en menos de t
res semanas…-Atem se sorprendió al oír aquello sobre su coronación.-No se preocupe, todos en el palacio lo saben, es por eso que estamos trabajando tan duro.-dijo ella con una sonrisa.
-Sí, y no sólo mi coronación… Ahora también quieren casarme…-dijo dejándose caer contra una pared.
-¿Con quién?-preguntó Anzu.-No la conozco… Sólo sé que se llama Ishizu, o algo parecido…-dijo y dejó escapar una risita.-Es que mi cerebro se desconectó luego de la palabra “boda”-siguió con una sonrisa.

Anzu rió divertida ante ese comentario. Realmente Atem no era como ella lo había imaginado en un primer momento, de hecho le recordaba a sus amigos del pueblo lo cual era algo bueno para ella. Comenzaba a sentirse cercana al Príncipe… ¿¡Pero qué estaba diciendo!? ¿¿¡¡Sentirse cercana a un príncipe comprometido, siendo ella una sirvienta!!?? ¡¡Quizá Atem no, pero su ab
uelo o su padre sin duda le cortarían la cabeza!!
Ese pensamiento rompió el encanto, y ambos voltearon a ver a Mana, a quien habían dejado de lado completamente hasta ese momento. Ella estaba sentada en el suelo con el cesto con ropa y mirándolos a ambos con mucha expectativa; sin mencionar que ni siquiera
parpadeaba.

-¿Y? ¡¡Vamos!! ¡Sigan! ¡¡Esto comenzaba a ponerse bueno!!-dijo ella. Al parecer creía que estaba viendo alguna especie de obra teatral.
-¡¡Mana!! ¡¡Basta!!-gritó Atem. Sus mejillas estaban al rojo fuego debido al comentario de su amiga.
-¡¿No dijiste que volverías a lavarme todo lo que m
e tiraste?!-le recordó la castaña.
-¡¡Ay!! ¡¡No fue para tanto!! ¡Además esto es mucho más divertido!-dijo viéndolos con una gran sonrisa.
-Mana…-la paciencia de Atem estaba colmada. -¡¡Ve con Mahad en este instante y entrena con él hasta que Egipto se quede sin arena!!-dijo señalando la
puerta más cercana.
-¡¡ME VOY!!-dijo ella con miedo tomando el cesto rápidamente y saliendo de allí. Conocía el temperamento de Atem y no iba a arriesgarse a que realmente la hiciera cumplir el castigo.
-Fuiste un poco rudo, ¿no crees? Mana es un poco torpe, pero no tenía malas intenciones…-la defendió Anzu.
-Aún así… Eso fue más de lo que pude tolerar…-respo
ndió él.-Y por cierto, ¿desde cuándo me tuteas?-preguntó al darse cuenta que ya no lo trataba de “usted”.

Anzu se vio a sí misma en falta, y pidiendo perdón intentó irse de
allí lo más rápido posible, motivo por el cual tropezó. Cerró los ojos esperando sentir el golpe con el suelo, pero eso jamás ocurrió… Sintió al príncipe diciéndole “¡Cuidado!”, algo que intentaba sostenerla, y finalmente sintió que caía sobre algo suave.
Cuando abrió los ojos, notó con cierta pena que la ropa había amortiguado su caída, lo que significaba que tendría que lavarla de nuevo… Pero eso no fue lo que más le
llamó la atención. Cuando intentó levantarse, se encontró cara a cara con el príncipe el cual había caído con ella al intentar sujetarla; este también se estaba levantando, y por la altura de sus brazos había llegado a tomar su cintura pero no a sostenerla. Él estaba junto a ella terminando de levantarse, quejándose por el fuerte dolor que le produjo la caída.
Cuando abrió los ojos se sonrojó fuertemente al encontrar
se a no más de 5 centímetros del rostro de la joven.
Ambos se habían paralizado, respiraban con cierta dificultad, y ninguno podía dejar de mirar los ojos del otro… Atem se sentía bien y confundido al mismo tiempo… ¿Acaso esta sensación…?.



Fic Colectivo - Noveno Capitulo

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:Kriss♥
Fecha: 24/07/2009

Atem camino de desde la biblioteca al centro de reuniones pensando en aquella conversacion que
acababa de tener con su madre, ya era suficientemente pesado cargar
con todo aquello de la coronación, pero ahora aquello de lo que hablo con su madre...
era muy difícil de aceptar.

Atem entro en el centro de reuniones, para su sorpresa la habitación se encontraba bastante
vacía, solo su padre y su abuelo se encontraban en ella, y ello le hizo pensar que la próxima
conversación no sería de un tema muy importante

- Y bien - dijo el príncipe despreocupado - aquí me tienen, ¿Qué pasa?

- Antes deberías disculparte por hacernos esperar tanto tiempo aquí, ya los sacerdotes se
han marchado - dijo el abuelo - ¿Tan importante ha sido tu conversación?

- Si tantas cosas por hacer tienes pudiste haberte marchado - contesto Atem molesto - Creo
que con el Faraón basta para darme un aviso.

- Basta Atem - interrumpió el Faraón - muestra un poco mas de respeto, además, no es un
simple aviso

- Mis disculpas Padre - dijo ignorando al abuelo - Pero creo que habría sido falta de respeto
no haberme presentado al llamado de mi madre, siendo que ella solicito mi presencia primero.

- De acuerdo - interrumpió el abuelo - comencemos con lo que venimos a tratar.

Atem asintió sin más y los tres tomaron asiento en una amplia mesa, cada uno separados
Por una gran distancia del otro.

- La ceremonia de coronación será en dos semanas, ¿Esta claro? - pregunto el abuelo
dirigiéndose a Atem.

Este asintió y el abuelo prosiguió

- A partir de mañana comenzaras a llevar a cabo recorridos dentro y fuera del palacio hasta
el límite de nuestras tierras, estos por la mañana ya sean en compañía de tu padre o algún sacerdote,
estos no se suspenderán bajo ninguna circunstancia, aunque creo que no será muy difícil para ti,
ya que parece que te agrada mucho las perspectiva de poder salir del palacio, como cada noche.

- Basta de ese tema - interrumpió el faraón - prosigamos con otro tema

Atem asintió a su padre.

- Durante los próximos días te instruiré lo poco que te falta de aprender de acuerdo a la
administración del reino y reforzaremos temas en los que tengas alguna duda,
aunque no creo que esto último sea muy necesario - dijo el Faraón mostrando una pequeña
sonrisa a su hijo - eres un gran estudiante.

El príncipe asintió devolviéndole la sonrisa, ya hacía mucho tiempo que su padre no mostraba
una muestra de aprobación hacia su hijo, el distanciamiento entre ambos comenzó a hacerse
mas grande en los últimos años de su preparación.

- Esto último lo llevaremos a cabo por las noches - termino de explicar el Faraón-

Atem asintió

- Prosigamos con el último tema, la preparación para las ceremonias -dijo el abuelo-

Atem asintió un poco confundido, "las ceremonias" había dicho su abuelo, ¿A cuál otra
ceremonia aparte de la coronación podría estarse refiriendo?, comprendió que el tema de
conversación se iba a tornar no tan a la ligera como lo había predicho al entrar al salón.

- No hay mucho que necesites saber sobre la ceremonia de coronación, aun así -dijo
el abuelo- Los sacerdotes se darán algún tiempo para instruirte un poco sobre este tema-

- De acuerdo - dijo Atem- ¿Cual es la otra ceremonia?

- Tu boda - contesto el abuelo despreocupado-

- ¿Boda? - pregunto el príncipe perplejo-

- Así es -dijo el abuelo- se realizara al siguiente día de la coronación, tu prometida será la hija del rey de
Libia. La Princesa Ichizu y su padre el Rey de Libia llegaran mañana. Durante los próximos días todos,
incluyéndote, trataremos con el Rey todo lo referente a temas políticos y económicos y haremos tratos
de conveniencia.

- Padre, ¿Una boda?, pero...¿Porque? - dijo aun aturdido por la noticia-

- Lo siento hijo, necesitamos el apoyo del reino vecino - dijo el Faraón sin levantar la vista hacia la de su hijo-

Atem quedo perplejo ante la situación, solo faltaba que le cayera un rayo, ¿Porque tantas cosas tenían que
presionarlo en tan poco tiempo?, aun no se recuperaba de la noticia que le acababa de dar su madre


/////////////////////////////////////////////////////////FLASHBACK///////////////////////////////////////////////////////

Atem buscaba a su madre por la gran biblioteca, definitivamente el sitio preferido para él y ella, era algo que tenían en común.
Atem la encontró sentada con un libro en mano, probablemente alguna novela, ya que a las mujeres del antiguo Egipto les era
prohibido leer sobre política o cosas relacionadas a ellas (salvo a las sacerdotisas como Mana), solo se les permitía leer
algunas novelas e historias, incluso tal vez algunos libros sobre medicina; para entrar a la sección de libros sobre política
era necesario ser de la nobleza y ser hombre. Aun así Atem algunas veces conseguía sacar algún libro de aquella sección
de la biblioteca, y pasaba tardes leyendo con su madre sobre aquellos temas prohibidos para ella sin que nadie se enterara.

- Buenos días hijo - dijo su madre - creo que te has quedado dormido, ¿Te encuentras bien?

- Todo está bien madre - dijo Atem acercándose ella para besarle su mano - solo estoy un poco cansado.

- Me alegro, contesto ella, te preguntaras porque te he llamado - dijo ella y el príncipe asintió - Lo que pasa es que ansiaba
tener un poco de tu compañía aunque sea por unos minutos, encontré unos poemas que me gustaría compartir contigo si no estás muy ocupado.

- Puede esperar - dijo Atem sonriendo - me encanta pasar tiempo contigo

Atem acerco una silla y así pasaron los minutos mientras ella leía algunos poemas de un libro bastante antiguo
que sostenía en sus manos. Atem se dispuso a observarla, comenzó desde sus manos que sostenían aquel
pesado libro, subiendo a sus brazos, y después a su hermosa cara; su madre era hermosa, el siempre así la
había visto, pero había algo diferente en ella. Atem dejo de prestarle atención a la lectura de su madre y se
enfoco en aquello diferente en ella, pero que lo preocupaba. Su aspecto no parecía muy bueno, su piel se había
tornado bastante pálida y no parecía tener que ver con la edad, su mirada parecía bastante cansada, e incluso
parecía como si le costara trabajo sostener el libro que tenía en sus manos.

- Madre - interrumpió el príncipe a su madre y ella dejo de leer - ¿Te....encuentras bien?

Ella lo miro a los ojos y pudo ver en el aquella mirada de preocupación que tanto lo perturbaba.
Bajo la mirada y cerro el libro que leía, el ya lo había percibido.

- Hijo - dijo ella desalentada - estoy enferma

- ¿De qué? - dijo Atem alarmado- ¿Aun no te has atendido?, llamare al médico y te acompañare
a tu habitación - dijo mientras se disponía a levantarse, pero su madre tomo de su mano para detenerlo-

- Atem, ya me he atendido

- ¿Y qué te dijeron? -dijo al tomar asiento- ¿Te pondrás bien pronto?

- No saben lo que tengo -dijo ella en un tono sombrío- solo saben que no hay cura.

- Pero....-logro decir el príncipe sin entender-

- Voy a morir hijo - logro decir ella-

- ¡NO!, debe haber algún error - dijo el príncipe espantado- Hare que te revisen de nuevo, versa que pronto...

- Hijo - lo interrumpió - he visto ya a muchos médicos, y nadie explica la causa de mis síntomas,
desde hace mucho tiempo han estado buscando alguna respuesta pero no la encuentran.... me dan un par de meses mas.

A decir esto último algunas lagrimas rodaron por sus mejillas y al mirarlo ella se dio cuenta q
ue también su hijo lloraba, después de algunos segundos ella tomo de sus manos y así pasaron unos minutos en silencio.

- ¿Porque?....- logro preguntar el príncipe- No es justo

- Muchas cosas no son justas, como el hecho de que tengas que tomar el trono por obligación a tu corta edad,
que no puedas vivir una vida tranquila, y que tu padre no te ponga la atención que te mereces.
Pero todo sufrimiento tiene recompensa, yo ya he vivido lo suficiente y he obtenido todo lo que necesito, a ti,
no puedo pedir algo mejor que el hecho de haber sido tu madre, esa es mi recompensa, y cuando todo acabe
ya no sentiré mas dolor. Quisiera en mis últimos días poder verte feliz, nada me encantaría mas que ver que
encuentres el amor, y quien sabe, tal vez no lo encuentres antes de que muera, pero sé que lo encontraras, lo mereces.

- Madre...yo....

- No digas nada, concéntrate en tu presente, y que esto no te afecte en los eventos próximos, quiero que des lo mejor de ti.

-Te lo prometo que así será.

-Creo que deberías irte - dijo ella mientras limpiaba un poco sus lagrimas y el hacía lo mismo- Deben de
estarte buscando, tu abuelo y padre se enfadaran - dijo pero él no pareció tomarle mucha importancia- Insisto.

- De acuerdo

El príncipe soltó su mano y salió de la habitación, después de ello se encontró deambulando por los jardines
meditando lo ocurrido antes de dirigirse al encuentro con su padre y abuelo.

////////////////////////////////////FIN DEL FLASHBACK/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Cuando al fin pudo asimilar lo escuchado pensó en que tal vez una boda sería un buen detalle para darle un
buen recuerdo a su madre antes de partir, al menos aquel pensamiento le brindaba un poco de optimismo

- Al menos...¿puedo conocerla? - dijo Atem aceptando la situación- me refiero, a tratar con ella antes de la boda

- No veo por qué no, después de las reuniones que tendremos con su padre, las cuales serán a medio día,
podemos programarlo para despues de la comida.

Atem asintió

- Bueno, eso es todo - dijo el abuelo-

Después de que él se retirara, el faraón y su hijo se encontraban solos en aquella habitación, el Faraón se levanto
y se dispuso a caminar hacia su hijo, al llegar enseguida de el puso una mano en su hombro.

- Lo siento hijo - dijo el Faraón con un tono de tristeza- No te haría pasar por esto si tuviera otra opción.

Al decir esto el faraón se retiro, y pocos minutos después el príncipe también lo hizo.

Fic Colectivo - Octavo Capitulo

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:$ђîžД W† 43
Fecha: 11/07/2009

Atem le ayudó a levantarse, después de quitarse toda la harina de la cara, y cuando ambos estuvieron levantados, le sonrió.
-¿Qué haces aquí tan tarde?
-Me mandaron a organizar esto antes del amanecer.
-¿Quién?
-Ehh, alguien de su familia. Tengo que traer todos los costales y recoger este tiradero je je-murmuró Anzu, observando la harina que se hallaba en el suelo.
-¿Tú sola?
Ella volvió a verlo algo extrañada, y preguntó:
-Sí, ¿por qué?
-Porque se me hace incorrecto. ¿Quién te mandó a cargar costales de ese tamaño por todo el Palacio?
-No es gran cosa, puedo hacerlo.
-No dudo de tu capacidad, pero no deberías estar sosteniendo ese peso, puedes lastimarte.
Anzu cruzó sus brazos sobre su pecho y lanzó un suspiro.
-Debo trabajar para ganarme la vida. Mi madre está enferme y debo cuidarla. Además, no estoy en derecho de contrariar a la familia real, ¿o sí?
Atem percibió el ligero enojo en la voz de la chica y la miró con fijeza para cerciorarse. Al detenerse en sus ojos, bajó la cabeza, apenado.
-Lo siento. Fue mi abuelo, ¿cierto?
-¿Cómo lo sabe?
-Lo conozco... Hablaré con él.
-¿Qué? ¡No! No quiero ese tipo de preferencias, soy una trabajadora igual que todos los demás.
-Sí, pero se impuso una nueva regla entre los trabajadores y una de ellas es que los hombres son los que deben cargar cosas pesadas.
-Eso no es verdad-se atrevió a decir Anzu, cerrando los puños, pero cuando se dio cuenta de con quien estaba hablando, se retractó-. L-lo siento, Alteza-susurró, avergonzada.
Atem dejó ver una sonrisa torcida al escucharla. No le gustaba que le tuvieran miedo tan sólo por ser el Príncipe, no quería que lo trataran diferente a las personas "comunes", y para su decepción, ella comenzaba a hacerlo.
-No hay cuidado. Por ahora te ayudaré-mencionó, apartando la mirada.
-La castaña se percató del repentino cambio que hubo en él, pero no dijo nada ante ello, sólo se agachó y comenzó a recoger la harina.
-N-no, ya lo haré yo, gracias.
-Tranquila, dudo mucho que me suceda algo al hacer tal pequeñez-aseguró Atem, agachándose por igual.
Permanecieron en silencio durante un largo tiempo, recogiendo el desorden que habían formado al chocar. Ella lo miraba de vez en cuando, tratando de entender porqué actuaba de esa manera, queriendo ayudarle, era extraño, más viniendo del mismo Príncipe.
-Bien, está listo-dijo, culminando con el silencio, momentos después-. Gracias.
-Claro. Ve a descansar, ya es muy tarde.
-Debo cumplir la orden que me dieron.
-Me encargaré de eso, no te preocupes-aclaró el tricolor, alejándose hacia la salida de la cocina-Buena noches.
-Buenas noches, Alteza.
Atem la miró de soslayo una vez más, y pronto salió de ahí sin mencionar nada más. Anzu le siguió con la vista hasta que desapareció, y aunque dubitativa, se fue de la cocina después de él, pero en dirección contraria.

A la mañana siguiente, Atem se encontraba recostado en su cama, abrazando la almohada. Ese día no tenía ganas de levantarse, se sentía, extrañamente, bastante cansado como para separarse de la comodidad, pero de cualquier manera, sabía que tarde o temprano alguien vendría a "fastidiarlo". Acertó, cuando escuchó la voz de Seto, acercándosele.
-¿Qué sucede?-inquirió.
Su primo lo miró en silencio por unos instantes.
-Tu madre quiere verte en la Biblioteca... ¿Estás bien?
-Sí, gracias-contestó Atem, escondiendo la mirada en la almohada.
-¿Saliste de nuevo anoche?
-Además del aviso, ¿veniste a preguntarme eso?
-No, sólo que se te ve raro, es todo.
-Me levantaré en un instante, ¿de acuerdo?
Seto se alejó de la cama sin responderle, pero cuando estuvo a punto de salir, musitó:
-¿Seguro que estás bien?
Atem le respondió con la simple acción de voltearse hacia otro lado, sin separarse de la almohada y al escuchar que se fue, cerró los ojos una vez más, preguntándose de qué querría hablar su madre con él, pero de un momento a otro, se quedó dormido sin darse cuenta. Tuvo un sueño extraño que no supo cómo interpretar dentro del mismo, y que le hizo permanecer dormido por más tiempo. En realidad no supo cuánto duró, pero finalmente terminó despertando de golpe, del otro lado de la cama. Fue cuando se percató de que ya se había hecho tarde, y no había ido con su madre a la Biblioteca. Dispuesto a arreglarse, frotó sus dos manos contra su cabeza para liberarse de la pesantez que lo oprimía, hasta que fue detenido de pronto por una voz bastante conocida, la cual le hizo levantarse inmediatamente y mirar con detenimiento a aquel personaje: su abuelo.
-¿Por qué sigues en la cama?
-Me he quedado dormido-respondió con firmeza, denotando la severidad en su parentesco.
-Sí, eso puedo verlo claramente, Atem. Arréglate ahora mismo, te estamos esperando en el centro de reuniones.
-¿Estamos?
-Sí, tu padre y yo.
-Tengo que ver mi madre en la Biblioteca. Me llamó.
-Ella puede esperar. Dudo que sea más importante que esto
-¿Perdona?-replicó el muchacho, ligeramente molesto por la actitud del hombre, de quien sabía perfectamente como llegaba a comportarse con la mujer de la que hablaban, su madre, la Reina. Quizá era falta de respeto contradecir, pero eso no iba a impedirle defenderla cuando fuese necesario.
-Lo que has escuchado.
-Yo creo que lo que ella tiene que decirme es mucho más significativo que cualquier cosa.
-No comiences, ¿de acuerdo? Ya es bastante molesto tener que venir por ti.
Atem sonrió y se cruzó de brazos.
-¿Entonces qué haces aquí? Mandar a alguien hubiera sido más fácil, ¿no?
-¿Realmente quieres esto?
El otro bajó los brazos y se fue hacia la salida de la habitación, pasando al hombre como si nada.
-Voy a reunirme con mi madre si no te importa-reafirmó con sequedad, mirándole de reojo, y antes de irse, murmuró-: Ya hablaremos respecto al asunto de las trabajadoras en el Palacio, pues hay ciertos puntos que quiero aclararte.

Fic Colectivo - Septimo Capitulo

Actividad: Fic Colectivo (incompleto)
Autora:Kriss♥
Fecha: 06/07/2009

Atem se habi quedado pensando en muchas cosas despues de que su madre se retirara
ya estaba oscureciendo, el tiempo se habia ido rapido mientras el pensaba en lo sucedido.
Obiamente el hecho de la coronacion era un tema muy importante, dejaba mucho en que pensar para el joven, pero por alguna razon no solo eso lo atormentaba.
En su soledad escucho los pasos de alguien que se acercaba.

- Ya vienen por mi- dijo el principe - nomas eso me faltaba.

Al percibir mas de cerca la figura que se avecinaba suspiro de alivio.

- Atem - dijo su siempre confiable amiga mana - no deberias estar aqui tan noche y sin...
-Proteccion - la interrumpio el joven - lo se...y menos a un par de semanas de la coronacion, ¿Que pasaria si el heredero muriera tragicamente en manos de algunos malenates por su propio descuido? ¿Que pensaria la gente? - dijo sarcasticamente - seria una pena que egipto quedara sin heredero.
-¿Crees que solo vales como heredero? - dijo mana ya un tanto irritada - ¿Crees que a tu padre no le doleria?, ¿A tu familia?, ¿A tus amigos?, ¿A mi? - dijo mirandolo fijo a los hojos- tu mejor amiga...
- Mana...
- Atem...- lo interrumpio - Basta, basta de tonterias ¿Quieres?, Trata de estar a salvo, si no lo quieres hacer por ti, hazlo por los que te queremos.... - dijo mientras se le escapaban un par de lagrimas - No quiero perder a mi mejor amigo, mi hermano, eso es lo que eres para mi, mi hermano...

Atem la miro con un poco de tristeza, realmente el tambien la queria como una hermana, tenia que enmendarse por ella, y por su padre.

-Mana - dijo el principe mientras se acercaba para abrazarla - Deacuerdo, me cuidare, perdoname ¿Quieres?, Tratare de cuidarme. Cambia esa cara ¿Si?
- Si- dijo alegrandose un poco mas - yo....quieria hablar contigo sobre algo, pero en otro lugar.
- Deacuerdo, vamonos - dijo el principe-

Ambos se dirigian al comedor, ya era tarde y ninguno de los dos habia cenado.

- Y...¿como has tomado lo de la coronacion? - dijo mana-
- Pues...supongo que ya lo acepte - dijo mostrandole una sonrisa- no puedo hacer nada ante ello.

Ambos entraron al comedor, en el cual ya no habia moviemiento pues ya era tarde, ambos se sentaron en la gran mesa.

- Veras que seras un gran Fraon, nunca he dudado de ello, ademas... !pienso ayudarte¡ por eso quiero ser una buena sacerdotisa, para algun dia poder estar en tu corte -dijo la chica sonriendo-
- Ya eres una gran sacerdotisa mana - dijo el chico devolviendole la sonrisa - me encantara tenerte en la corte.
- Gracias amigo. Atem, hay otra cosa de la que quisiera hablarte
- ¿Sobre la chica sierto?
- Si, Atem, ella no queria que supieran que habia ido a visitar a su familia, su madre estaba enferma, si no no hubiera salido en horas de trabajo, por eso te dijo que buscaba a su prima, porfavor no la delates...
- ¿De verdad crees que soy asi de malvado?, no lo hare mana, ademas, ella tampoco me delato. Y no quisiera delatar a alguien que me ha tratado como una persona normal, aunque fuera solo por unos momentos, ella me simpatiza de verdad.
- Gracias Atem, sabes, creo que ustedes dos serian muy buenos amigos, o algo mas....
- Mana....
- Sabes tengo hambre.... ¿Tu no? - lo interrumpio la chica antes de que la contradigera.
- Si, pero creo que ya no hay nadie en la cocina, nos pasamos la hora de la cena.
- Entonces...yo cocinare- dijo mana entusiasmada-
- Te ayudare

Ambos se dirigian hacia la cocina pero un guardia entro, hizo una reverencia al principe y luego se dirigio a mana.

- Señorita, a busca el sacerdote Mahad urgentemente.
- Gracias - dijo mana y el gusradia se retiro antes hacaindo otra reverencia al principe.
- Atem...- dijo mana un poco triste - debo...
- Esta bien mana - dijo el principe sonriendo- me las ingeniare para preparar algo.
- Deacuerdo - dijo mana tambien sonriendo - nos vemos mañana
- Adios - dijo el principe, y luego se dirigio a la cocina.

Ya estando en ella se dispuso a buscar que comer, nunca habia cocinado pero lo intentaria, encontro un poco de jugo y pan, y mientras buscaba algo de carne repentinamente choco con una chica que caminaba en sentido contrario al suyo, ella llevaba un pesado saco de harina el cual le impidio ver al principe, y al chocar el saco rebento y ambos calleron al suelo.

-¡Lo siento!, yo recogere - dijo la chica asustada mientras trataba de limpiarse la harina de la cara para poder ver-.
- Esta bien, no te preocupes, debi darme cuanta - dijo el principe un poco apenado mientras tambien limpiaba la harina de su cara, el tampoco podia ver-.
- ¡Oh por Ra! - dijo la chica sorprendida al quitarse la harina de la cara, y ver a quien habia golpeado y ensusiado quedo en shock-.
- ¿Que pasa? - dijo el principe sorprendido por la voz alarmada de aquella chica - No fue nada de verdad - dijo mientras terminaba de quitarse la harina de los ojos y finalmente reconocio el rostro de aquella chica, la causante de aquel accidente, una chica de cabello color castaño y ojos azules, la chica con la que se habia topado en las afueras del palacio - ¿Tu?-.
- Yo......-la expresion aterrada de anzu no se borraba de su rostro-.
- ¡Tu! - dijo el principe mientras rompia en risas - ¡mirate!
- ¿eh? - dijo anzu extrañada por la reaccion del principe-.
- ¡Estas cubierta de harina! - dijo el principe sin dejar de reir a carcajadas-.

La expresion de anzu cambio al entender la situacion en la que se encontraba, y se reflejo una sonrisa en su rostro. El principe habia tenido tantas oportunidades de delatarla o castigarla, pero no lo habia hecho, y por lo que podia darse cuenta jamas lo haria, realmente era tan amigable y amable como mana se lo habia describido.

- ¡No soy la unica!, ¡Tu tambien!, ¡mirate! - dijo anzu tambien riendo mientras le mostraba una sarten que sujeteba entre las manos, en la cual se refeljaba la cara del principe -

El principe volvio a reir y anzu lo siguió, ambos llenaron la habitacion de risas.